La relación con mamá es de gran importancia para nuestras vidas, pues de mamá recibimos el primer alimento, las primeras caricias, gestos de amor, cuidados, o las primeras heridas de rechazo, abandono, humillación, traición o injusticia.
Como quiera que sea, nos enseñan desde muy pequeños todas las cualidades que debe tener una “buena madre” y yo no estuve a salvo de esto, la presión sobre las mamás es demasiado pesada y el estándar a alcanzar, es de una exigencia cruel, pues ninguna de ellas vino con manual, es un ser humano imperfecto como nosotros.
Sin embargo, ¿Cuánto no hemos juzgado a nuestras mamás por no cumplir la expectativa de lo que nos contaron?, yo me reconozco en ese error, al igual que muchos. Por múltiples circunstancias que no cuento por amor y respeto a ella, yo también señalé a mamá, sentí dolor en mi corazón, tuve una adolescencia marcada por heridas de abandono y traición de las que tuve que hacerme cargo para continuar con mi camino hacia la felicidad.
El proceso de mayor sanación con mi mamá fue el Perdón Real, ese que consiste en aceptación total del otro como parte de mi proceso de aprendizaje, pues estamos habituados a un supuesto perdón en el que lejos de sanar las heridas, nos hace vivir en la arrogancia de creer que somos mejor que el otro, el que si es culpable, y frente a eso, nos inventamos la historia de: “Renuncio a castigarte con mi odio, como yo soy bueno y tu malo, te perdono todas tus ofensas”, orgullo disfrazado de perdón que no sana a nadie.
El perdón real surge del reconocimiento de tu unidad con Dios, con la Vida misma, de tu certeza de saber que eres un ser espiritual viviendo una experiencia humana, una elección con todos los personajes que esto implica, para hacer un recorrido hacia el verdadero Amor que te habita, desde allí, solo puedes inclinarte ante lo vivido y agradecer con humildad cada instante por doloroso que parezca.
Te quiero contar lo que comprendí en este proceso:- 1La voluntad de Dios para mi es perfecta voluntad para mi regreso al Amor, así que no tengo nada que lamentar de mi pasado (que por cierto ya no existe sino en mi mente)
- 2No existe mamá perfecta acorde a los estereotipos que nos vendieron, yo soy mamá y no he sido perfecta, si tu lo eres comprendes esto.
- 3Mi mamá ha sido perfecta para mí, no necesito otra. Soy lo que soy porque soy la suma de mamá y papá con sus errores y aciertos, amo lo que soy, así que amo a mi mamá y a mi papá tal cual, no cambiaría un segundo de mi vida y si tuviera que repetir mi historia, lo haría.
- 4A mamá debo la honra solo por darme la vida, y la honro con mi felicidad, viviendo mi propia vida y recordando en cada momento que gracias a ella estoy aquí.
- 5Al recibir a mamá completa mi vida se afirmó y se llenó de claridad y esperanza, tal como lo dice Joan Garriga en su libro: ¿Dónde están las monedas?
- 6Al recibir a mamá dejé de pretender que mi pareja llenara mis vacíos emocionales y me pude unir en una relación en la que estoy completa, con un corazón lleno de amor para ofrecer y dispuesto a ser amado.
- 7Al recibir a mamá me abrí al éxito, a la abundancia, al amor.
- 8Delante de la historia de mamá soy pequeña, así que no tengo nada que cambiar, solo sintonizar con la vida que recibo de ella.
Aceptación, agradecimiento y amor, es todo lo que tengo para dar a mamá y solo deseo que tu también hagas este valiente y maravilloso proceso para que tu vida se afirme y sea de bendición.
Te abrazo en amor,