En este artículo te comparto algo que ha sido transformador en mi experiencia y en la de las personas que he tenido la bendición de acompañar en procesos de sanación (que, en últimas, son siempre mi perfecto espejo).
En este auge de terapias y de información para el crecimiento personal y espiritual, es normal que nos vayamos a descubrir aspectos desconocidos de nuestra vida tales como la personalidad, el recuerdo de experiencias pasadas, las heridas de la infancia y la relación que esta información, así como la vivida por nuestros ancestros, guarda relación con aquellas circunstancias que hoy nos generan dolor o conflicto.
Nos hacemos conscientes de patrones, creencias, heridas (supuestas, porque quien Somos, realmente no puede ser herido), y esto es valioso, si y solo si tenemos en cuenta que TODO está allí para ser sanado desde la responsabilidad TOTAL.
Es absolutamente imprescindible pasar de la indagación que encuentra motivos, culpables, razones, traumas, escenas, personas y heridas, a la sanación que solo es posible cuando reconocemos que todo ello ha sido nuestra elección con el único objetivo de darnos cuenta de los velos que nos impiden expresar nuestra verdadera Identidad de Amor y Paz. En este artículo te explico eso de los velos: La verdadera voluntad
Ahora bien, con el corazón, te voy a pedir que vayas a lo profundo de tu sentir y descubras si en realidad logras ver con total inocencia aquello que te dolía o molestaba, si al pensar en las personas involucradas sientes paz y amor, o si prefieres dejar toda esta información a nivel mental para no sentir porque crees que sufrirías si lo haces.
Cada vez que finaliza un programa de mentoría (vamos en nuestra cuarta generación, iniciamos de nuevo programa online en agosto de 2019 y presencial en febrero de 2020), lo que más destacamos juntos del proceso, eso que lo hace absolutamente diferente, es la práctica de perdón transversal a todos los módulos, lo cual nos permite identificar todo esto para luego soltar, sin creer que estamos dañados o que somos el personaje del eneagrama o el niño herido, el nieto del abuelo con el conflicto repetitivo o el hijo no deseado, para reconocer que somos Amor, para asumir totalmente nuestras percepciones y con honestidad entregarlas y así vernos, ver nuestros velos, para desaprender y no permitirnos el rol de víctima, para aprender a amar, a amar de verdad, a ser felices, gozosos como lo somos naturalmente, sin condiciones y sin opuestos.

A medida que aprendamos a reconocer nuestros errores de percepción, aprenderemos también a pasarlos por alto, es decir, a perdonarlos. Al mismo tiempo nos perdonaremos al mirar más allá de los conceptos distorsionados que tenemos de nosotros mismos, y ver el Ser que Dios creó en nosotros, como nosotros.”
Un Curso de Milagros
De manera que una vez más, te extiendo esta invitación a la práctica del perdón no dual, ese que reconoce que somos Uno y no hay nada que nos impida Ser… a todos.
¿El regalo detrás de todo esto? Una paz que sobrepasa todo entendimiento. Únicamente cuando lo llevas a la práctica, cuando te rindes, cuando entregas. En últimas, no necesitas hacer más que tomar consciencia y entregar con humildad, pues el resto, el Amor lo hace por ti. Confía y disfruta el regalo.
Procura estar dispuesto, pues, a entregarle todo lo que has ocultado de la verdad a Aquel que la conoce, y en Quien todo se lleva ante ella. Lograremos salvarnos de la separación completamente, o no lo lograremos en absoluto. No te preocupes por nada, excepto por estar dispuesto a que se logre. Él será Quien lo logre, no tú. Pero no te olvides de lo siguiente: cuando te alteras y pierdes la paz porque otro está tratando de resolver sus problemas valiéndose de fantasías, estás negándote a perdonarte a ti mismo por haber hecho exactamente lo mismo. Y estás manteniendo a ti y al otro alejados de la verdad y de la salvación. Al perdonarlo, restituyes a la verdad lo que ambos habíais negado. Y verás el perdón allí donde lo hayas otorgado”.
Un Curso de Milagros
Suelta la idea de buscar beneficios para ti y para tu pequeño “yo” fabricado. Deja de buscar ser perdonado o manipular la forma, permite que tu anhelo de paz y tu voluntad de unidad crezca y se fortalezca con la práctica.
No pidas ser perdonado, pues eso ya se te concedió. Pide, más bien, cómo aprender a perdonar y a restituir en tu mente inmisericorde lo que siempre ha sido. La Expiación se vuelve real y visible para los que la ponen en práctica. Esa es tu única función en la tierra y debes aprender que eso es lo único que te interesa aprender. Hasta que no lo aprendas te sentirás culpable, pues en última instancia y sea cual fuere la forma en que tu culpabilidad se manifieste, ésta procede de no llevar a cabo tu función en la Mente de Dios con toda tu mente. ¿Cómo ibas a poder escapar de esa culpabilidad si dejas de cumplir tu función aquí?”.
Un Curso de Milagros
No te distraigas con la indagación o la acumulación de conceptos espirituales y la repetición de mensajes de sabiduría. Si no eres capaz de sentir amor por todos los que te rodean, si no eres capaz de ver Inocencia en todos, incluso en la madre que te abandonó o el esposo que te fue infiel o el jefe que te despidió, no estás reconociendoTe, no estás practicando tu espiritualidad, esa que solo es vivir desde el Ser de Amor que Eres, unido a todos y a todo, en Inocencia, aquí y ahora.
Este es el propósito que se te encomendó. No pienses que perdonar a tu hermano os beneficia solo a vosotros dos. Pues el nuevo mundo en su totalidad descansa en las manos de cada dos seres que entren allí a descansar. Y mientras descansan, la faz de Cristo refulge sobre ellos, y ellos recuerdan las leyes de Dios, olvidándose de todo lo demás y anhelando únicamente que Sus leyes se cumplan perfectamente en ellos y en todos sus hermanos”.
Un Curso de Milagros
En este artículo te dejo los pasos del perdón para que lo practiques y experimentes la certeza de Ser, el regalo de la paz: El secreto de la verdadera felicidad.
Te abrazo en Amor,
2 Comments
Excelente agradecida
gracias por compartir tu conocimiento 🙂 Dios te bendiga